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Caperucita y el detective - Capítulo 24


Scarlett iba de camino a casa. Antes de irse de la biblioteca había dejado todo organizado y había acordado con Rodolfo que él le avisaría cuando volviera a tener algún trabajo para ella. Eso debería alegrarla, pero entre el tema de lo de ser hada y lo que había descubierto de Amarantha, la supuesta amante del desaparecido príncipe William, su día no iba a mejor. A eso se le sumaba lo de su abuela enferma y se le revolvía el estómago… aunque no tenía nada que se le revolviera porque no había comido y tenía un haaaaaambre.

Unos gritos interrumpieron sus lamentos e hicieron que se distrajera de su barra de hambre, que caía peligrosamente en el color rojo.

«¡Sé que fuiste tú!», gritaba una niña pelirroja


«¡Yo no fui!», dijo la otra niña. «¡Fue el fantasma!»

Scarlett, que como bien nos ha contado el melenudo, tiene el don de salir de la nada y además es entrometida, se acercó a las niñas y casi las mata de un susto cuando las saludó.


La niña del pañuelo la miró y dijo:


«¡Creía que eras el fantasma!»


«¿Quién eres?», preguntó la pelirroja


«Me llamo Scarlett. Vivo por aquí cerca… escuché un grito y vine a ver qué…»


«¡¿Tienes los ojos morados?!», preguntó la niña pelirroja algo ilusionada


«¡No seas impertinente, Dot!», le recriminó la niña del pañuelo. «Yo me llamo Blanche y esta es Dot, mi prima cobarde. La verdad es que tus ojos son muy bonitos»


Scarlett sonrió.


«Gracias… ¿está todo bien, niñas?», quiso saber

«¡Todo mal!», chilló Dot y le lanzó una mirada de odio a su prima. «¡Me tiene harta! Todo el día metiéndose conmigo y ahora me asusta y dice que fue un fantasma. Eres una inmadura, Blanche»


Scarlett contuvo la risa.

«Yo no tengo la culpa de que no quieras creerme», respondió Blanche y no pudo aguantar la risa


«¡¿Lo ves, Scarlett?! ¡Fue ella!», acusó Dot


«Niñas, no entiendo. ¿Qué fue lo que pasó?»


«Ella me empujó», acusó Dot. «Casi me caigo al lago»


«¡Yo no fui! ¡Fue el fantasma! Estabas en su camino», explicó Blanche muy convencida

«¿Qué fantasma?», preguntó Scarlett y se arrepintió inmediatamente


Blanche sonrió y empezó a contar:


«Dicen que, por las noches de otoño, sale el fantasma del lago… que si lo veo me cag…»


«¡SUCIA!», interrumpió Dot


Blanche se reía a carcajadas.


«Es lo que dicen. Yo no me lo inventé»


Scarlett sonrió, pero se le pasó al recordar las palabras de Úrsula la noche anterior: «El velo entre los mundos se está atenuando. Se siente en el ambiente… el velo se afina y los que ya no están con nosotros se manifiestan…»


Miró de reojo al lago… era el lago de Windslar, donde habían encontrado el cadáver de Amarantha.

«Fantasma o no fantasma es un poco tarde para que estén solas por aquí…», dijo Scarlett


«Íbamos camino a casa cuando me asustó», explicó Dot


«¡Que yo no fui!»


«Las acompaño a casa», se ofreció Scarlett


«No hace falta. Vivimos en la cabaña de allá», contó Blanche y señaló en dirección a su casa. «Vámonos, cagona. Nos esperan»

«¡Eres una cochina, maleducada!», dijo Dot a su prima. Luego se giró hacia Scarlett y dijo: «¡Adiós, señorita!»


«¡Cuidado con el fantasma!», advirtió Blanche

Scarlett se despidió de ellas y se quedó completamente sola observando el lago de Windslar. La sensación de incomodidad se apoderó de ella… Mejor irse a casa. Ojalá haya sobrado comida de la que hizo el melenudo.


Scarlett llegó a casa y para su sorpresa se encontró al melenudo cocinando.


«Creía que te habían tragado los libros», dijo él a modo de saludo mientras revolvía no se sabe qué en un recipiente


«Sobreviví. ¿Qué haces? ¿Tarta? ¿De qué?»


«Una sorpresa. Pensé que podríamos cenar en el jardín, para variar»

Scarlett suspiró… afuera, con vistas al lago…

Scarlett giró sobre sí misma y cambió de atuendo. Ni sabía por qué llevaba puesta su capa. No hacía tanto frío. La costumbre, sería.


«Pasé por el correo esta mañana», le dijo Erik. Estaba como muy cauteloso al hablar con ella. «Tu abuela respondió a tu carta»


Nuestra chica había ido al correo antes de ir a trabajar a la biblioteca, pero ni se había acordado de revisar si su abuela, o su madre, habían respondido a sus cartas anteriores. Estaba tan cegada pensando en lo de ser parte hada y en la carta explosiva que estaba por enviar que ni se acordó.

«¿Y qué dice? Supongo que si respondió no está tan enferma…»


«Pues no lo sé. Te la he dejado en la mesa», dijo él


«¡¿No la has leído?!», preguntó Scarlett sorprendida


«¡¿Por quién me tomas?!», dijo él con su clásica sonrisa. «Respeto la privacidad de la gente. Me ofendes…»


Nuestra chica sonrió.


«Esperaba más de ti, pero gracias por recogerla. Parece que ahora eres tú el asistente», le dijo


«Y el cocinero… ¡Ay, que se quema», dijo el melenudo y se fue corriendo a la cocina

Scarlett abrió la carta y la leyó en voz alta:


«Scarlett, no te preocupes. Siempre hay inconvenientes. Te seguiré esperando»

«¿Eso es todo?», preguntó el melenudo mientras sacaba la tarta del horno casero medieval


«Sí. Ella siempre elocuente…». Scarlett arrugó la carta y la tiró a la basura. No quería saber nada de esa señora ni de su madre, al menos no en este momento.

Erik salió al jardín para llevar la comida… Honestamente estaba algo nervioso. Quería hacer algo para animar a Scarlett, aunque ya la veía mejor, pero podía ser el odio que le tenía a la abuelita… quién sabe. Tenía un regalo para ella y se le había ocurrido que podría dárselo después de una cena especial…

«¿Velas? ¿Solomillo Wellington? ¿Tarta de chocolate?», dijo Scarlett divertida. «¿Qué celebramos hoy? ¿O es que es un ensayo para cuando invites a Odelgarde?»


Ella misma se sorprendió al decir lo último, pero su saboteadora interna estaba encantada.


«Piensas mucho en la bruja. Tal vez es a ti a quien te gusta… eso… o por alguna razón, totalmente desconocida para mí, estás celosa»


«Sí, claro, celosísima. Me quita el sueño pensar lo que haces con ella»


«La respuesta la sabes bien: nada. Además, de cara al mundo tú y yo estamos casados», dijo él y se echó a reír


«No de cara a ella… En fin, era una broma. Gracias por… preparar todo esto», dijo y se sonrojó

«Nah… es una tontería», dijo él, como si no se hubiese pasado la tarde entera en la cocina haciendo el solomillo. «Quería hacer algo especial… estabas muy desanimada… y es comprensible… y… bueno, sé que esto tampoco es gran cosa, pero…»


«¡Es perfecto!», aseguró Scarlett. «Además, tengo mucha hambre. Me comería una plantavaca entera»

Se hizo el silencio. Erik seguía nervioso. ¿Pero qué le pasaba? ¡Ay, Señora que nos controlas! Quería preguntarle más sobre su don de hablar con los animales, pero tal vez no se lo tomara muy bien… Así que eligió el camino seguro y le contó la conversación que había escuchado entre Stella de Cinder y Orella de la Pasa.

«… en resumen, que Stella y Orella son amiguis. Todo cuadra. Por eso Orella estaba tan interesada en hablar con nosotros, por eso se ofreció a ayudarnos. Quería saber lo que habíamos descubierto porque la chica del baile tiene que ser Stella», explicó Erik


«Pero… ¿de dónde viene la conexión con Síofra?», quiso saber Scarlett


«No lo tengo claro. Sé que fue por Orella, ya que fue ella quien pidió a Síofra que encantara las zapatillas… Además, la que tiene el dinero para pagar a Síofra es Orella… lo haría para ayudar a su amiga. Stella jamás hubiese podido pagar al hada… a menos que hicieran un trato, y sinceramente no veo a Stella haciendo tratos con esa hada, hija del CAS», dijo el detective

«No es tan mala como crees…», le dijo Scarlett. «Fue amable conmigo. Dice que puede ayudarme a entender mejor mis poderes de hada…»


«¡¿En serio?! ¿A cambio de qué?», quiso saber el melenudo, a quien casi se le cae la tarta de la mano de la sorpresa


«No dijo… Igualmente no es el momento… lo que quiero es hablar con mi madre. Le envié una carta, pero claro… a saber cuánto tiempo estaré en Villa Magnolia, si es que algún día llego…»


Erik suspiró. Otro recordatorio de que Scarlett se iría…

«En fin… hay algo más que debo contarte… Es sobre el caso del príncipe perdido… aunque no se trata de él…»


La cara de Scarlett era de tristeza. ¿Qué había descubierto esta muchacha?


«Verás, en la biblioteca hay un registro… el registro de Windenburg. Yo no sabía lo que era eso hasta que Rodolfo me lo explicó…», empezó ella


«¿Quién es Rodolfo?», preguntó Erik


«El bibliotecario, te lo he dicho»


«No me acordaba…»


«Bueno, el caso es que allí estaba yo tratando de distraer mi mente de lo de tener ojos violeta y ser hada de la noche a la mañana, cuando se me ocurrió que…»


Scarlett contó cada detalle al melenudo de lo que había descubierto de Amarantha, Morcant y la tal Isabella.

El pobre casi se cae para atrás cuando le contó que la habían encontrado muerta. Supuestamente ahogada, pero con quemaduras en el cuerpo… Y todo había ocurrido en el lago que tenían cerca de casa.


«Y luego, cuando volvía a casa, me encontré a dos niñas que hablaban de un fantasma del lago…», siguió Scarlett sin frenos, y le explicó lo que le había contado Blanche (que tampoco era gran cosa, pero le había dado muy mal rollo)

El melenudo sacó su libreta y apuntó cada detalle de lo que decía Scarlett. Ella le dio el papel donde había escrito las últimas direcciones que aparecían en el registro de Morcant y de Amarantha. Definitivamente harían una parada en cada uno de esos lugares.


«¿Será una especie de crimen pasional?», preguntó Scarlett. «No sé. Se me ocurrió que tal vez Morcant estaba enamorado de Amarantha, pero ella estaba con William y tal vez Morcant trató de separarlos y algo salió mal… Ella terminó muerta y a saber qué fue de William. Total, Morcant es un brujo… pudo haber usado su magia para deshacerse de ambos. Aunque eso va en contra de la teoría que hablamos el otro día, después de hablar con Orella…»


Nuestra voluntariosa y querida Scarlett se refiere a la conversación que tuvo con nuestro melenudo manos largas al final de este capítulo. Conversación que no pudimos escuchar por culpa de unas gaviotas low poly.


«Ummm… no excluye esa teoría totalmente… Tal vez fue William quien se deshizo de ambos. Hay demasiadas lagunas aún… ¡Pobre muchacha! ¡Pfff!», dijo Erik. Estaba impactado

Scarlett se levantó y caminó hacia el lago. Erik la siguió.


«¿Crees en fantasmas?», le preguntó al melenudo


«Nunca he visto uno. Y ya sabes lo que dicen… ‘Todos los sims se crean en el CAS’… y allí no se pueden crear fantasmas. Aunque hay espiritistas que dicen que sí… A ver, según las notas de Felberta a William intentaron invocarlo por si estaba con La Parca, pero no apareció… por lo que se asume que está vivo», respondió él


«La historia de la niña me asustó, lo admito… Pero es verdad que tampoco he visto un fantasma. Solo he escuchado que poseen cosas… pero nada más»


Volvieron a quedarse en silencio, pero esta vez observando el lago de Windslar.

«Caperucita», dijo él. «Tal vez no sea el momento… pero… tengo algo para ti y no quiero seguir esperando»


Dicho eso, nuestro melenudo sacó un regalo de su inventario.

Scarlett contuvo un grito de alegría.


«¿Pa-pa-para mí?», no podía ni hablar. No se lo esperaba para nada


«Para Odelgarde, claro está», soltó él


«No sé quién es esa. ¡Dámelo!», rio ella

Scarlett abrió el regalo lo más rápido que pudo. Era un libro de la detective adolescente Nansim Drew. En la biblioteca de Glimmerbrook solo estaba el primer libro, por lo que nunca había podido leer el resto. Este era completamente nuevo.


«¡Me encanta!», exclamó. «¡Es maravilloso!»


«Nansim es de mis detectives de ficción favoritas. Pensé que te gustaría… No sé si has leído los libros anteriores…»


«Solo el primero, pero me encantó», dijo ella. Sus ojos morados brillaban…

Guardó el libro en el inventario y se acercó a Erik…


«Gracias…», le dijo tímidamente


«No es nada. Estaba en oferta de lanzamiento ¿eh? Y, antes de que digas nada, lo compré con mi propio dinero. No el de la Reina… que te conozco»


«Jajaja. No iba a decir eso… y no me refería solo al libro»

«Me has ayudado más que nadie, incluso cuando no lo merecía. Me defendiste de aquellos ladrones asquerosos, sin conocerme de nada… y soportaste mis amenazas de usar el Extreme Violence…», empezó ella


«Bueno, tú solita podías defenderte…»


«No después de que me robaran. Me quedé sin nada. Pandulfo me ayudó, pero tú decidiste aceptar que te acompañara. Al llegar aquí bien podrías haberme mandado a freír llamacornios… y aunque creo que has querido hacerlo, no has sido más que paciente… Dejaste que me metiera en tu trabajo, en tu investigación… Incluso, hiciste todo lo necesario para recuperar las famosas palomas de la Reina…»


«Bueno, tú también has sido de ayuda… y por más que me pese… tenías razón con lo de las palomas…», admitió él y acarició su rostro

Ella sonrió y siguió:


«Además, me haces reír… y, aunque sea de manera indirecta, gracias a ti y a estas circunstancias descubrí lo de ser parte hada… Cuando me fui de Glimmerbook mi madre me dijo que visitar a mi abuela podría ser una gran aventura. No le creí por un segundo… pero a pesar de que ahora tengo tantas dudas sobre ella, debo admitir que tenía razón… Erik, estas últimas semanas contigo han sido las mejores de mi vida»


«Y las mías… Solo quiero que sean muchas más a tu lado»


A nuestro melenudo se le derritió el corazón. Estaba absolutamente feliz, aunque una parte de él no podía creer que esto le estuviera pasando… ¿En serio? ¿Es real?

Scarlett lo abrazó y de pronto todo parecía estar perfectamente bien en el simmundo. No había abuelas enfermas, ni hadas, ni príncipes desaparecidos, ni chicas que huían con zapatillas de cristal. Solo estaban ellos dos.

Scarlett levantó el rostro y lo miró a los ojos, él se acercó aún más a ella y le dijo:


«No hay otro lugar en el mundo en el que preferiría estar»


«Yo tampoco»


Estaban a milímetros de besarse cuando una voz dijo:


«Ehmm… Perdón por la interrupción…»

Nuestros queridos protagonistas casi se van con La Parca por el susto.


Al final, el mundo seguía tan poblado y lleno de sims inoportunos como siempre había estado. La sensación de que solo eran ellos dos y de que todo estaba bien desapareció aún más rápido cuando vieron a la persona que hablaba…

Era Stella de Cinder, la baronesa caída en desgracia.

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2 Comments


María Castro
María Castro
Mar 13, 2023

Ay ay ay!!! Estaba lista para el beso y me lo interrumpieroooooonnnnn!!!!!!

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simmersomar
simmersomar
Mar 13, 2023
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Es que hay sims demasiado inoportunos en la vida jaja. ¡Muchas gracias por leer!

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