Caperucita y el detective - Capítulo 50

Después de largas horas de pantalla de carga y tormentas de nieve, Brenna, Maraca, Scarlett y Erik llegaron sanos y salvos a Willow Creek. La primera parada del recorrido... Un recorrido que significaba la despedida temporal de nuestra parejita.

Maraca miró fijamente a la Señora Que Lo Controla.

"Ahora soy un caballo de verdad, aliméntame"

"Te acabo de alimentar con trucos"

"Eso es como vivir de suero..."

Nos ha salido listo el caballito.

Brenna se acercó a su querido Maraca. Era su primer viaje juntos siendo un caballo no estático y lo había hecho genial.

Le dio un abrazo y por primera vez Maraca también pudo manifestarle lo mucho que la quería.

Erik ayudó a Scarlett a bajar del carruaje. No habían podido dormir nada durante el viaje y había sido tan tumultuoso que les había aparecido el moodlet de mareados a ambos. Sin embargo, Erik hubiese preferido continuar en el camino un tiempo más a tener que despedirse de ella.

"¡Bienvenidos a Willow Creek!", exclamó Brenna muy contenta. "¿Habían estado aquí antes?"

"Varias veces, sí", respondió Erik

"Es mi primera visita", sonrió Scarlett. No había visto mucho del lugar, pero parecía muy bonito

"No tenemos mucho tiempo, pero pueden dar un paseo mientras Maraca y yo tomamos un descanso. ¿Qué les parece?"

Mientras Erik agradecía a Brenna por el viaje, Scarlett escuchaba a Maraca decirse a sí mismo: "Me voy a quedar aquí como si fuera estático de nuevo, así parece que estoy bugueado y me hacen caso. ¡Tengo hambre! Y no quiero comer con trucos"

"Seguramente Maraca también tendrá hambre. ¿No? Con esto de ya no ser estático...", soltó

"Eso estaba pensando. Afortunadamente, La Señora Que Nos Controla ha pensado en él y ha puesto comida para caballos al doblar la esquina. Si te parece bien, Scarlett, nos vemos por aquí en una hora"

Erik sonrió y le dio las gracias nuevamente. Pensaba que tendrían menos tiempo para despedirse, aunque no podía evitar sentir un vacío en su pecho.

Caminaron juntos por el centro de Willow Creek. Aún era muy temprano pero ya había gente en las calles. Erik trató de distraerse enseñándole a Scarlett algunas tiendas y edificios curiosos del lugar.

"Aquí tenemos que venir la próxima vez. Es una taberna temática, inspirada en Los Sims Medieval", le contó

Scarlett sonrió.

"Has estado en todas partes. ¡Qué envidia!"

"¿Qué te puedo decir? Soy un hombre privilegiado... Y más desde que te tengo a ti"

"¡Cursi!"

"¡Odiosa!"

Ambos rieron, pero la tristeza se mantenía en el ambiente.

"Escríbeme en cuanto llegues a Villa Magnolia", pidió Erik un tanto resignado

"Por supuesto. No te librarás de mis entretenidas aventuras con mi adorable abuelita"

"Prométeme que al menos intentarás ser amable con ella. No sabes por lo que podría estar pasando"

"Diría yo que por su merecido por ser una desgra..."

"Caperucita..."

"Bueno, sí, sí... haré mi mejor esfuerzo", aseguró Scarlett. ¿Por qué todo el mundo era tan compasivo con la famosa abuelita? ¿Sería por la edad? ¿Por lo enferma? ¿Ambas?

Caminaron un poco más hasta que Erik dijo:

"Suelo quedarme en esta posada. Buena, medio bonita y barata"

"¿La Posada del Freezer Bunny Risitas?", Scarlett se echó a reír. "¿Pero cómo voy a escribir esta dirección en la carta? ¡Parece inventada!"

"Perdiste tu oportunidad de ser posadera cuando te marchaste conmigo y no con Lord Marranón. Así que no critiques"

"Algo me dice que Lord Macarrón siempre me recibirá con los brazos abiertos"

"Los brazos y otras partes...", rio Erik

"Te voy a extrañar tanto", soltó Scarlett y le dio un abrazo

"Eso dices ahora, pero luego estarás tan feliz sin mí, ya verás", dijo Erik intentando hacerse el gracioso, pero con los ojos llenos de lágrimas

"Pues tú no estés muy feliz sin mí. ¿Eh?"

"Prometido"

"¿Algún día conoceré a Farkas y a Kendra?"

Erik se obligó a sí mismo a sonreír.

"Por supuesto..."

"Hoy no es ese día. ¿Verdad?"

Scarlett no había querido insistir mucho más con el tema de la visita de Erik a Willow Creek. Sabía que para él era muy delicado, y siempre que hacía referencia a su aldea y a esos amigos el rostro le cambiada. Sin embargo, no se había olvidado de que le había mentido cuando le dijo el nombre de su aldea... Aún no sabía por qué...

"Me temo que no. Suelen ser más nocturnos... Al atardecer en la taberna, allí los veré seguro"

"¿Vas a estar bien con ellos?", preguntó preocupada. No se le había ocurrido hasta ahora que tal vez el tal Farkas y la tal Kendra no fueran realmente en plan amistoso

Erik la tomó de la mano y sonrió.

"Estaré bien. No te vas a quedar viuda aún, Carmen"

"¡Idiota! Sabes que me puedes contar lo que sea... Cuando quieras"

A Erik le invadió el pánico. ¿Sospecharía algo? Scarlett era muy inteligente... pero en todo caso ya se lo habría dicho ¿no?

No, sería él quien se lo contara. Solo tenía que dejar las cosas claras con Farkas... luego iría en busca de Scarlett y le contaría todo. No iba a resultar muy difícil.

"Te quiero, Caperucita"

Volvieron a abrazarse y Scarlett no quería dejarlo ir... ¿Y si se quedaba? Podría ir después a ver a la vieja esa...

Erik pareció leer su mente y dijo:

"Prométeme que le darás una oportunidad a tu abuela"

"Si eso te hace feliz..."

Se despidieron con un beso.

A Scarlett se le rompía el corazón. Se volverían a ver muy pronto... pero parte de ella se sentía abandonada. Estaba muy apegada a Erik, sobre todo ahora que sentía que su madre era una mentirosa y que no tenía a nadie en el mundo.

Sabía que estaba exagerando. No podía controlar lo que sentía, pero sí lo que decía...

"Haré lo mejor que pueda con mi abuela, te lo prometo. Y no vayas por allí salvando a Príncipes sin mí"

"Naaah, en todo caso volveré a mis raíces: encontrar cerdos perdidos y descubrir infidelidades", rio Erik

"¡Te quiero!", le dijo Scarlett y se dio la vuelta. Estaba a punto de llorar y no quería hacer ninguna escena

Erik suspiró y la observó marcharse...

No se reconocía a sí mismo. Estaba acostumbrado a estar solo, a ser independiente... Esta sensación era nueva para él... Era una mezcla entre culpabilidad por no haberle contado todo y un miedo irracional a no volverla a ver. ¿Y si algo pasaba en el camino a Villa Magnolia? ¿Una tormenta de nieve incontrolable? ¿Un bug que la borrara de la partida? ¿Qué iba a hacer sin ella?

Aún no estaba muy lejos... Podía detenerla. Ella no quería ver a su abuela y él en verdad no le debía nada a Farkas. Simplemente podrían irse a otro lado...

¡No! ¡Ya basta de evadir las cosas! Sería claro con Farkas. No volvería a caer en su infructuosa búsqueda. Ya no tenía ningún sentido... Nunca lo había tenido...

"¿Lista?", preguntó Brenna en cuanto vio a Scarlett

"Así es..."

"¡Qué carita! No te preocupes, cielo. Pronto estaremos en Villa Magnolia. ¿Tu marido irá a encontrarte allí, cierto?"

Scarlett asintió.

"Verás como pasa rápido. Anda, súbete, Maraca y yo estamos listos"

"Muchas gracias", le dijo Scarlett. Brenna era una mujer muy alegre y su sonrisa era contagiosa

Se pusieron en marcha y Scarlett no podía quitarse la idea de la cabeza de que Farkas y Kendra no eran buenas noticias... ¡¿Por qué no se le había ocurrido antes?! Tenía que haberle insistido a Erik, pero ya era muy tarde...

Erik iba por su segunda cerveza. Tenía el dinero, el tiempo y todas las ganas de beber hasta que solo le quedara el moodlet de borracho del Slice of Life.

Pronto se sentiría mejor... ¿cierto? Había bebido muy poco desde que había conocido a Scarlett. Y no porque ella lo detuviera, sino porque él mismo no había sentido la necesidad. Su mente había estado ocupada en ella y, por supuesto, en el asqueroso principejo...

Pero quedarse solo una vez más y tener que ver a Farkas era algo que requería un poco de ayuda "espirituosa"... ¿Pero qué tanta?

Afortunadamente el yo interior de Erik, que como sabemos era saboteador por defecto, también disfrutaba de interrumpir los momentos de posible autodestrucción...

"¿Es esto lo que quieres ser? Una vez más un triste borracho. ¿Crees que esta es la versión de ti que más le gustaría a Scarlett?"

En otro momento Erik hubiese continuado bebiendo hasta callar a su yo interior, pero esta vez volvería a elegir y elegiría diferente.

Abandonó la taberna y subió al baño de la posada.

Si tenía que ver la cara larga de Farkas, al menos lo haría con dignidad y con todas las barras en verde.

Al anochecer se dirigió a una de las tabernas más céntricas del pueblo. Se preguntaba si Scarlett ya habría llegado a Villa Magnolia... ¿Estaría bien?

No veía a Farkas ni a Kendra por ninguna parte, pero sabía que estaban allí. El olor era inconfundible, incluso para él que no tenía una nariz muy fina.

Escuchó a la distancia la voz de Kendra que decía: "Está aquí".

En menos de un segundo, la chica corrió hacia él y le dio un abrazo.

"¡Erik! ¡Aquí estás! No sabes cuánto te he echado de menos"

La mirada punzante de Farkas era imposible de ignorar. Era de esas personas que nunca podría pasar desapercibida, así se mantuviera callado y en un rincón.

"Te has tomado tu tiempo!", rezongó

A kilómetros de allí un carruaje se acercaba a una cabaña que estaba a las orillas de un bosque.

Scarlett tomó aire. Finalmente había llegado a Villa Magnolia... La resignación se apoderó de ella... Ya no había vuelta a atrás.

Brenna se acercó a ella.

"¿Todo bien, cielo?"

"Perfectamente. Muchísimas gracias por traerme. Hemos llegado tan rápido a pesar de la nieve"

"He tenido viajes peores. Ha sido un placer traerte. Ahora entra a casa, que no quiero que te congeles", pidió Brenna preocupada

"Me tengo que despedir de Maraca. ¿Adónde van a pasar la noche?"

"Hay una posada cerca del puerto. Ahora está acondicionada para caballos, así que estaremos bien. Tú no te preocupes por nosotros"

"Gracias por todo, Brenna", dijo Scarlett y le dio un abrazo

"Cuídate mucho, cielo"

Nuestra chica se acercó a Maraca y le dijo por lo bajo:

"¡Gracias por traernos hasta aquí! Eres el primer caballo no estático que conozco. Espero que La Señora Que Nos Controla te cuide y alimente bien"

"Se está portando bien, aunque a veces me alimenta con trucos"

"Tenle paciencia. Ahora está agobiada porque dice que tiene exceso de CC"

"Culpa suya por ambientarnos en épocas lejanas", respondió Maraca muy seguro

Scarlett lo acarició y se despidió de él.

Nuestra chica suspiró y observó la cabaña. Recordó a su padre y la respuesta de su abuela ante su fallecimiento: "¡Que la Señora Que Nos Controla tenga en la gloria a mi hijo!"

Ni una palabra más, ni una menos. Ni siquiera una visita, ni otra carta. Nada...

Y aquí estaba ella finalmente, incapaz de controlar su odio y sintiéndose completamente sola.

Pero le había prometido a Erik que haría un esfuerzo, así que llamó a la puerta y con el tono más feliz que pudo dijo:

"¡¿Abuela?!"

Fidelma Gertrudis (gracias a mi querida @ladynoellsimmer por el nombre de la abuelita) abrió la puerta lo más rápido que pudo.

Observó a la joven que tenía en frente. ¡Eran tan parecida a su hijo!

Scarlett la miró y no pudo evitar que una mueca se cruzara con su falsa sonrisa. Ese no era el aspecto de una anciana enferma en pleno invierno...

Pero sus juicios precipitados se vieron interrumpidos por un abrazo.

"¡Mi nieta! ¡Eres toda una mujer! Te recuerdo tan pequeñita, jugando en el bosque con tu padre..."

A nuestra chica se le revolvió el estómago.