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Caperucita y el detective - Capítulo 28


Erik se dirigía a la casa en la que había vivido Amarantha. Conocía este camino perfectamente… pues había venido varias veces, más por referencia que por la dirección escrita. Tenía una sospecha, pero esperaba equivocarse…


Antes de venir a esta zona de Windenburg había hecho dos paradas. La última había sido en la dirección en la que se suponía que vivía Morcant. Lamentablemente, la casa estaba vacía y se notaba que hacía años que no vivía allí un solo sim. No le dio mucha importancia, en realidad… creía que conocía la identidad de Morcant desde que Sanchia, la vizcondesa de Batamanta, mencionó algo sobre sus ojos rojizos…

Llevaba una mañana complicada. Mucha información, mucho drama, muchas teorías y sospechas… pero se acordaba de Scarlett y se le pasaba. Sonreía como tonto.


«Céntrate», se decía a sí mismo. Se sentía como un niño pequeño… Aunque nuevamente la voz en su cabeza le decía que esto era demasiado bueno para ser cierto. Tenía mucho que contarle a Scarlett. Además, estaba el tema de la famosa y escueta abuela, y toda la historia de ser parte hada…


Pero bueno, ahora mejor centrarnos en el tema de Amarantha… y esta noche en Scarlett…


Seguía andando y sus sospechas aumentaban…

Finalmente llegó a la dirección. Lo invadió la satisfacción de tener la razón, junto a la incertidumbre de la intriga…

La casa en la que había vivido Amarantha era el actual hogar de Odelgarde y Úrsula.

La Duquesa de Chickenlorn invitó a Scarlett a pasear por la playa. Según ella, hacía un día muy bonito para pasarlo sentadas bebiendo té. Scarlett quiso decirle que no le habían ofrecido ni un vaso de agua, pero ya la Duquesa se había puesto en marcha hacia la puerta.

«No esperaba visitas hoy. Me sorprendí cuando Egbert mencionó que había una mensajera de la Reina esperándome. Me contó también del espectáculo que dio mi marido… siento que hayas tenido que ver eso», dijo la Duquesa preocupada


«No se preocupe, Excelencia»


«Está enfermo… no es fácil lidiar con él», siguió la Duquesa. «Agradecería tu discreción»


«Por supuesto. Entiendo la situación», dijo Scarlett con su voz más comprensiva


«Gracias, de verdad»

«Supongo que en realidad no estás aquí para entregarme un mensaje de la Reina. ¿Cierto?», siguió la Duquesa muy seria


«No…», respondió Scarlett. En realidad estaba un poco asustada. «Es otro tema, pero asumí que no me recibirían si decía lo que quería realmente…»


«¿Y qué quiere la esposa de un ‘arquitecto’ con la simple Duquesa de Chickenlorn?»


Scarlett se dio cuenta de la forma en la que decía ‘arquitecto’. Claramente no se había creído la historia de la Reina de que Erik y ella estaban trabajando en la ampliación del castillo de verano.


«Yo… No sé si recuerda, Excelencia, que le dije que me gustaba la costura… pues…»

«Por favor, no me mientas más. Sé perfectamente que tu marido y tú son detectives. Lo sabe todo el reino. Da igual lo que diga la Reina…», soltó la Duquesa con cara de pocos amigos


«Lo siento… es cierto. Mi marido es detective y yo solo soy su asistente. La Reina dijo que era arquitecto y decidimos no llevarle la contraria… pero realmente yo…»


«¿Qué se supone que están investigando? La gente dice que es lo ocurrido en el baile con la muchacha que huyó, pero me parece absurdo», interrumpió la Duquesa


«Es justo eso, pero escúcheme, por favor… No vengo por eso. Poco me importa la investigación. Como dice, es absurdo. Cuando nos conocimos le comenté que me interesa la costura… No sé si lo recuerda»


«Sí. Tengo buena memoria, querida»

Erik llamó a la puerta y para su desgracia respondió Úrsula, la bruja verde.


«¡Vaya, vaya! Parece que vives aquí de lo seguido que te veo. ¿Has venido a pulirme el plumbob finalmente?», rio la bruja


«Lamento decepcionarte, pero no. En realidad no venía a hablar contigo, ni con Odelgarde», soltó Erik secamente


«¿Ah no? ¿Y con quién? ¿Con el gato? Que yo sepa ese es el talento de Scarlett y no la veo por ningún lado», dijo la bruja burlona


«¡Úrsula!», llamó Odelgarde desde dentro. «¿Quién es? ¡Vas a llegar tarde!»


«¿No me digas que tienes una cita romántica?», preguntó Erik imitando el tono de burla de Úrsula


«No, pero regreso a mi trabajo como bruja de cabaña en Henford-on-Bagley. Ya tengo caldero nuevo… aunque no de oro»

Odelgarde salió a ver con quién hablaba su hermana.


«¡Erik! ¡No te esperábamos! ¿Cómo está Scarlett?», preguntó


«Mucho mejor»


«Me alegra. Perdona, pero no tenemos mucho tiempo ahora. Úrsula se marcha y la estoy ayudando a recoger el desastre que ha dejado por casa»


«No te preocupes», soltó Úrsula. «Ha venido a hablar con el gato, no con nosotras»

Sí, las brujas tienen una gata, no gato, llamada Elphaba, pero es camera-shy y aún no la hemos visto.


«Es una gata, te lo he dicho mil veces», dijo Odelgarde a su hermana. «Pero… no entiendo… ¿Scarlett quiere hablar con mi gata?»


Erik suspiró. Condenada bruja verde.

«No. Lo del gato se lo inventó ella. En fin… obtuve una dirección muy relevante para mi investigación y resultó ser esta casa. Voy a ir directo al grano. ¿Conocen a Amarantha y a Isabella de Oasis Springs?»

«¿Pero este se cree que somos un directorio o qué?», dijo Úrsula


«Es importante», dijo el detective. Se le estaba agotando la poquísima paciencia


«¿Por qué?, replicó la bruja verde

«¿Qué está pasando, Erik? Por tu cara no parece nada bueno», dijo Odelgarde


«Siempre tiene cara de rancio… ¿No te habías dado cuenta?», rio Úrsula

«La última dirección que tengo de Amarantha e Isabella es justo esta. A menos que una haya vuelto de la muerte y ambas se hayan cambiado el nombre, dudo que sean ustedes»


«¿Qué dice este ahora? ¡¿Zombies?!», chilló Úrsula sorprendida


Odelgarde suspiró desesperada.


«Úrsula… no hay ningún zombie. ¡Cálmate! ¡No existen en este juego!»


«Pero podrían existir con algún pack o mod o por alguna invención de la Señora que Nos Controla», dijo la bruja verde asustada


«El otro día decías que el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se estaba afinando y hoy te asustas por unos zombies, que no he ni mencionado», soltó Erik harto


«Una cosa es un fantasma y otra un cadáver podrido caminando y comiendo cerebros…»

«¡Basta ya los dos! Es que nunca puedo estar en paz. ¡Nunca!», gritó Odelgarde. «¿Erik, a qué te refieres? ¿Dices que esas personas vivían aquí antes?»,


«Sí, es lo que tengo entendido. ¿No las conoces, entonces?»


«No, pero…», empezó Odelgarde

«Toda información tiene un precio…», interrumpió Úrsula. «No te vamos a engañar… Odelgarde está endeudada hasta las pestañas y yo quiero mi caldero de oro»


Odelgarde apretó el puño y respiró profundamente.


Erik sacó dos bolsas de monedas.


«Necesitaré un recibo…», dijo enfadado

«Estoy cansada de trabajar con mi marido. Quiero tener mi propio negocio y mi propio dinero… He estado pensando en comenzar mi propio taller de costura», dijo Scarlett a la Duquesa

«Sé cómo te sientes…», dijo la Duquesa. «Es complicado… Yo vivo a la sombra de mi marido. Enfermo o no, él es el Duque de Chickenlorn… para el resto soy solo una sanguijuela que se aprovecha de un hombre mayor, pero no tienen ni idea… Perdona, no quiero desviarte… Continúa, por favor»


Scarlett pensó que la Duquesa era una gran actriz… aunque tal vez había algo de verdad en lo que decía, quién sabe.

«Bueno, pues… pensé que la mejor forma de empezar sería si una dama distinguida y hermosa como usted llevara uno de mis vestidos… Me tomé la libertad de diseñar uno exclusivo para usted», dijo Scarlett y le mostró el dibujo que había hecho. Ayudar a su madre en la costura por fin le estaba dando un beneficio extra…

«¡Es precioso!», exclamó la Duquesa sorprendida al ver el dibujo. «¡Tiene mariposas!»


Scarlett le devolvió su mejor sonrisa.


«Tengo que admitir que me inspiré gracias al caso de la chica del baile de máscaras. Dicen que llevaba un vestido con mariposas…»


«Este es mil veces más bonito», aseguró la Duquesa. «¿La han encontrado ya?»


Scarlett negó con la cabeza.


«Mi marido está haciendo lo que puede, pero aún no tenemos suerte», respondió

«Esta casa la compramos a una chica llamada Isabella, pero nunca la conocimos», explicó Odelgarde


«Quien hizo de intermediario fue Morcant, el brujo por el que preguntabas el otro día. Tuvimos prácticamente que reconstruir este lugar, daba pena», dijo Úrsula


«Sé que Amarantha trabajaba para Morcant. ¿Qué saben de ella?», preguntó Erik


«Morcant nos dijo que había muerto. Isabella decidió vender la casa después de la muerte de Amarantha, pero Morcant se encargó de todo», aseguró Odelgarde


«¿Qué te traes entre manos? Esto ya no es lo de la zapatilla», preguntó la bruja verde al detective

«No. Es otro tema de los reyes», respondió


«¿El hijo perdido?», insistió Úrsula


Erik asintió pero no dio más detalles.


«¿Y qué tiene que ver eso con Morcant, Amarantha e Isabella?»


«Es lo que intento averiguar. Cuando pregunté por Morcant el otro día ustedes me dijeron que no sabían nada de él, que había dejado la magia. Por favor, no más mentiras. Necesito ver a Morcant… no creo que la muerte de Amarantha haya sido un accidente», contó Erik


Odelgarde suspiró.


«Morcant dejó la magia, eso es verdad. Pero es un hombre muy privado… Lo de Amarantha le dolió mucho y decidió alejarse de todo lo mágico y nosotras respetamos eso», aclaró Odelgarde


«Además, según Morcant, la muchacha murió de sobrecarga mágica… un poco su propia culpa», soltó Úrsula

Erik recordó lo que le había contado Scarlett (¡Ay, Scarlett) de lo que había leído sobre la causa de muerte de Amarantha: ‘Ahogamiento. Marcas de quemaduras en el cuerpo. Se determina que fue un accidente con una hoguera y se lanzó al lago de Windslar para apagar las llamas, pero se ahogó.’


«¿La sobrecarga mágica causa quemaduras?», preguntó


Las brujas asintieron con cara de pánico.


«¿Qué más dijo Morcant sobre lo que le pasó a Amarantha?», insistió


«Solo eso, que había muerto por sobrecarga mágica y que Isabella quería vender la casa», respondió Odelgarde


«¿Qué eran Isabella y Amarantha?», preguntó el detective


«¿Eran hermanas, no?», dijo Odelgarde a Úrsula


«¿Que no eran primas? ¡Ni idea!», respondió la bruja verde

Erik suspiró. Estaba tan cansado de todo esto…


«Necesito ver a Morcant», insistió


Las brujas también suspiraron al unísono. Erik entendió que esa información no la darían por dinero, ni por nada. Al parecer había una especie de lealtad entre seres mágicos…


«En realidad creo que sé dónde encontrarlo», dijo


Les contó su teoría a las brujas sobre quién era Morcant, a qué se dedicaba actualmente y el nombre que usaba en la actualidad.


«Buena suerte», fue todo lo que dijo Odelgarde

«Estoy organizando un evento de caridad a favor de la conservación de las plantasvacas. La idea es que se celebre a principios del invierno. Ciertamente un vestido así sería maravilloso…», dijo la Duquesa muy contenta


«Podría modificar la mariposa y hacer una plantavaca», propuso Scarlett, aunque sabía muy bien la respuesta


La Duquesa sonrío.


«No exageremos, querida. Es un vestido impresionante así como es. Podría llevarlo un rato durante el evento y luego subastarlo a beneficio de las plantasvacas. ¿Te parece?»


«¡Sería perfecto!», respondió Scarlett fingiendo con éxito toda la ilusión del mundo

«Vuelve el miércoles a tomarme las medidas. ¿Te parece, querida?»


«Por su puesto, Excelencia. Muchas gracias por confiar en mí»


La Duquesa sonrió.

Erik entró en la nueva tienda de Morcant.


«¡Bienvenido, caballero! ¿Viene a recoger algún pedido?»


«No precisamente…»


Morcant lo miró y pareció reconocerlo.


«Vino usted con su hermana el otro día. ¿Verdad? ¿Quiere hacer algún pedido? Recuerde que estarán abiertos en primavera», dijo


«Vengo por otro tema, Morcant», dijo el detective

El ahora zapatero, mejor conocido como Crispín, apenas reaccionó.


«Si vienes por un tema de magia, este no es el lugar. Ve a ver a Odelgarde. Te lo dije una vez», respondió secamente


«Vengo a hablar de Amarantha», respondió el detective


El rostro de Morcant se ensombreció, pero no dijo nada. Erik procedió a ponerle en contexto. Le dijo que que era detective y estaba investigando un caso muy importante, un caso que podría relacionarse con la muerte de Amarantha. Le contó todo lo que sabía sobre él, la tienda de magia que había tenido anteriormente, que Amarantha había sido su asistente, y lo que le habían dicho las brujas de qué él había sido el intermediario en la venta de la casa en la que había vivido la muchacha.

«¿Quién te dijo dónde encontrarme? ¿Úrsula?», preguntó Morcant


«No. Realmente fue algo que dijo una antigua cliente tuya. Según ella tus ojos parecían rojizos…»


El hombre sonrió falsamente…

«El último hechizo que hice fue para ocultar mis ojos a los simhumanos. Cuando tenía la tienda de magia los hacía cambiar de color entre marrón y rojo… los simhumanos se sorprenden por cualquier cosa. Cuando entraste aquí la primera vez supe que había algo extraño en ti y con esa muchacha de ojos morados. ¿No es tu hermana verdad? Ahora que te veo bien… no me cuadra la especie…», dijo


«Es mi esposa. Investigábamos inicialmente a la chica que bailó con el Príncipe en el baile de máscaras de los reyes. Supongo que habrás escuchado los rumores…»


«¿Y quién no? ¿Qué relación tiene eso con Amarantha?»

«¿Directamente? Nada. Son dos casos distintos, pero creo que hay una conexión. Dicen que Amarantha murió de sobrecarga mágica, pero en el registro se da una explicación absurda de una hoguera y de lanzarse al lago a apagar llamas…», explicó Erik


«Fue la teoría del Sheriff. Yo sabía lo de la sobrecarga, pero no tenía ganas de explicar nada a un simple mortal…»


«¿Estabas allí cuando murió? ¿Viste lo de la sobrecarga?», preguntó Erik

«No. Encontraron su cuerpo en el lago y yo lo identifiqué. Tenía quemaduras típicas de la sobrecarga… Supongo que estaba practicando magia… Yo… traté de enseñarle lo que pude… era muy poderosa y su magia se veía afectada por sus emociones. Debí haberle enseñado mejor…»


«Necesito que me cuentes todo desde el inicio, desde que comenzó a trabajar para ti», pidió Erik


«¿Por qué estás tan interesado en esto? ¿Qué conexión tiene Amarantha con lo que dices del baile de máscaras?», exigió saber Morcant


«Ya te dije que nada. No con el baile en sí, pero puede que con uno de los asistentes. Tengo la teoría de que alguien tuvo que ver con su muerte…»

«La sobrecarga mágica la causa el propio hechicero al hacer magia. Ella no sabía drenarla bien… La carga mágica hace que los hechizos sean más potentes, pero también puede acabar con el hechicero. A ella le había pasado antes, pero nunca había sido mortal… hasta ese día», explicó el ahora zapatero


«Tal vez estaba haciendo un hechizo para defenderse de alguien. ¿Lo has pensado?», preguntó Erik

Esta vez el hombre sí que pareció sorprendido.


«No… ella no tenía problemas con nadie… ¿Defenderse de quién?»


«Cuéntame todo desde el inicio, por favor», repitió el detective


El brujo asintió.

«Amarantha vino a mi tienda a pedirme trabajo. Me dijo que era bruja y que había crecido en Oasis Springs. Su hermana y ella habían decidido buscar una mejor vida aquí en Windenburg. Me enseñó lo que sabía hacer de magia y me di cuenta de su poder. Le ofrecí el trabajo de asistente y comencé a entrenarla. Tuve muchos aprendices en mi época. Incluso, de joven era profesor en la academia de magia, pero lo dejé para dedicarme a la tienda», comenzó Morcant


Erik hizo nota mental de lo de ‘hermana’. Tenía que ser Isabella.

«Poco a poco se ganó mi cariño. Era una gran alumna y una increíble asistente, siempre amable y sonriente. Incluso llegué a plantearme la idea de volver a dar clases en la academia. Practicaba por su cuenta y a veces, si estaba muy feliz o muy triste, sus hechizos tenían consecuencias inesperadas… algo lógico. Traté de enseñarle a drenar la sobrecarga, pero era difícil para ella, como para cualquier hechicero, en verdad. No es algo que se aprenda de la noche a la mañana. Le rogué que no hiciera magia si no se sentía bien emocionalmente… le expliqué a lo que podía llevar una sobrecarga y me dijo que ya lo sabía, que no me preocupara… y mira como terminó…»


Morcant estaba visiblemente afectado.


«Le fallé. Pude haberle enseñado mejor… Fue mi culpa», dijo


«Sinceramente lo dudo. ¿Cerraste la tienda por eso, verdad?», preguntó Erik


El hombre asintió y dijo:


«Nunca había perdido a ningún aprendiz. Decidí dejar la magia… Todo fue mi culpa… Ella era tan joven, tenía toda la vida por delante…»


«¿Sabes si se veía con un chico?», preguntó Erik


Morcant asintió y pareció hacer una conexión con algo que no había entendido antes…

«Me dijo que… que había conocido a un muchacho… a un cazador que trabajaba en el castillo… ¿Sabes quién es, verdad? ¿Es a él a quién investigas?», el hombre no pudo más y se echó a llorar


Erik se acercó a él. Si le dieran un simoleon por cada vez que consolaba a alguien que lloraba sería millonario. La gente de Windenburg era muy sentida… y con razón.

«Tú no estabas allí. Lo que le pasó a Amarantha no fue tu culpa, Morcant. Y me temo que ese muchacho del que te habló no es un cazador…»


«¿Crees que intentó hacerle daño…?», preguntó Morcant entre lágrimas


«Es una teoría que tengo…»


«¿Quién es ese muchacho?»


«No lo tengo claro aún. Necesito más información sobre él y creo que hay alguien que puede ayudarnos. ¿Dónde está Isabella, la hermana de Amarantha?», preguntó Erik

«No eran realmente hermanas, pero se llamaban así», explicó el brujo. «Ambas eran huérfanas y se criaron juntas desde que crecieron a adolescentes. Decidieron mudarse a Windenburg y buscar un futuro mejor. Ayudé a Isabella a vender la casa cuando Amarantha murió. La pobre estaba destrozada. Supe que la casa estaría bien en manos de Odelgarde…»


«¿Pero dónde está? ¿Lo sabes?», insistió Erik


«Sí. Actualmente es una de mis mejores clientas. Nunca tuve mucho trato con ella hasta que Amarantha falleció. Está casada con el Duque de Chickenlorn»

A Erik se le cortó la respiración. ¡Isabella era la Duquesa de Chickenlorn… la otra amante de William! Y Scarlett estaba con ella.


«¿Isabella también es bruja, cierto?», preguntó nervioso


Morcant volvió a asentir.


«Amarantha siempre decía que su hermana era una gran bruja… Estaba celosa de Isabella porque era muy buena en pociones y ella no…», recordó Morcant y sonrió ligeramente entre las lágrimas

«¿Y cómo es que una bruja huérfana se termina casando con el Duque de Chickenlorn?», preguntó Erik


Morcant lo miró indignado.


«Piensa lo que quieras. Isabella es una buena muchacha. Fue la primera en apoyar mi zapatería y aún lo hace. Gracias a ella llegaron más clientes de la nobleza y de la realeza. La gente ama criticarla y degradarla, pero siempre la imitan…», dijo el hombre


Erik suspiró. Poco más podía pedirle a Morcant… la culpabilidad le había cambiado la vida y todo el tema Amarantha lo destruía fácilmente. Por supuesto, había cosas que no sabía… o decía no saber, aunque Erik pensaba que era más lo primero.

Isabella y Amarantha habían sido amantes de William. Bueno, Isabella aún lo era. La pregunta es ¿lo sabían las dos? ¿dónde encaja Harold en todo esto? ¿Y qué pasó realmente con Amarantha?


Aunque, siendo sinceros, poco le importaba eso ahora. Scarlett estaba sola con la Duquesa. Le dio las gracias a Morcant y se marchó en dirección al palacete de Chickenlorn.

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2 Comments


María Castro
María Castro
Mar 13, 2023

Uufffff!!!! Que drama!!!! Por favoooorrr

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simmersomar
simmersomar
Mar 13, 2023
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¡Y lo que viene seguirá siendo telenovela pura!

Gracias por tu apoyo ❤️

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