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Caperucita y el detective - Capítulo 7


Al día siguiente Scarlett estaba decidida. Volvería a casa con su madre. ¿Qué más podría hacer? Si su abuela moría sola no sería su culpa, sino de la lluvia y del puente. ¿Aunque de qué serviría buscar culpables? La mujer había vivido bastante, La Parca se la iba a llevar estuviera ella presente o no. Es verdad que podría usar los 300 simoleones que le prestó Pandulfo para llegar a Villa Magnolia, pero no le hacía gracia seguir viajando sola. Con su suerte seguro que se la comía un lobo.

Erik entró a la Taberna de Pandulfo, bueno en verdad era también una posada. Le hubiese encantado pasar la noche allí, pero eso de no tener un céntimo era complicado. Al menos tenía para el desayuno. Las últimas noches habían sido terribles con la lluvia, y la noche anterior había sido especialmente mala. Se había peleado con unos bandoleros por defender a una campesina dientona y malagradecida. La había defendido con toda su buena voluntad, pero el orgullo se le había quedado bastante herido después de que ella básicamente lo redujera a un mero ladrón, cómplice de los otros dos. Pero, bueno, ahora lo importante era reponer fuerzas y seguir el camino a Windenburg, que iba a ser más largo de lo esperado…

Scarlett iba a despedirse de Pandulfo, pero vio a alguien conocido que acababa de entrar a la taberna. ¡Era el melenudo! ¡Uno de los ladrones desgraciados! Seguro había venido a gastarse parte del dinero que le había robado. Seguramente sus secuaces no estarían muy lejos…

«¿Pero qué ven mis ojos? ¡El mismísimo Erik Longcrow!», exclamó Pandulfo al ver al melenudo


«¿Me extrañabas?»



«¡Hombre! Los concursos de cerveza no son lo mismo sin ti»

El melenudo rio.


«¿Sigo invicto?», preguntó finalmente


«10 litros de cerveza en 20 minutos. Nadie más ha podido superarlo», le dijo Pandulfo. «¿Qué te trae por aquí después de tanto tiempo?»


«¡Windenburg! Tengo un nuevo caso allí… Y si todo sale como creo que saldrá prometo celebrarlo en esta taberna», le contó Erik

Pandulfo le sirvió una cerveza y sonrió.


«¡Por supuesto! Aquí serás siempre bienvenido, Erik. ¿Qué quieres para desayunar? ¡Invita la casa!»

Erik no estaba como para negar nada gratis, ni por educación.


Pandulfo se giró para ir a la cocina, pero se detuvo.


«Supongo que lo sabes, pero el puente del Freezer Bunny está cerrado. Se rompió por las tormentas»


«Me enteré hace un par de horas. La suerte no está de mi lado…», dijo Erik


«Un desayuno gratis siempre es suerte», rio Pandulfo

Por supuesto Scarlett estaba escuchando toda la conversación… O sea, que el melenudo este no era un ladrón… ¿O sí? Pero Pandulfo parecía tenerle aprecio. Sabía que el tabernero era amigo de todo el mundo, pero su padre decía que era muy correcto y que le confiaría su vida… Además, se había referido al hombre como Erik, que era como el melenudo le había dicho que se llamaba. Al menos no le había mentido sobre su nombre…

Se le ocurrió una idea, pero primero tenía que saber qué pensaba Pandulfo de aquel hombre.

Nuestra creativa Scarlett siguió a Pandulfo a la cocina.

«¿Has dormido bien, mi niña? Ese sillón es muy duro»


«¡Perfectamente, de verdad!», dijo Scarlett con una sonrisa. «Escuché que ese hombre, el melenudo, va a Windenburg… ¿Lo conoces?»

Pandulfo se echó a reír.


«¡Pero claro! Es Erik Longcrow, el detective. Se pasa la vida de aquí para allá resolviendo casos. Solía venir mucho por aquí»


«¿Crees que es buena idea pedirle si puedo unirme a él en el camino hasta Windenburg?», preguntó Scarlett


«¡Pero claro! Mira, Erik es bastante fiestero y creo yo que tiene un problema con el alcohol, del cual me he beneficiado, no lo niego, pero es buena gente. Tiene mucho sentido de la justicia, por algo se dedica a lo que se dedica. Pregúntale, no creo que te diga que no»

Scarlett esperó a que el melenudo terminara el desayuno. Si iba a pedir un favor lo haría siempre al mejor estilo. Se acercó con toda la seguridad fingida que pudo y sacó una sonrisa, de esas que parecen más bien una deformación…

«¿Erik, verdad?», dijo mientras se sentaba sin permiso. Total, estaba solo, tampoco es que el asiento estuviera reservado


Erik casi se atraganta con la cerveza. ¡Era la mocosa malagradecida del día anterior! Todavía le dolían las manos del golpe que le había dado a uno de los ladrones.


«No estoy interesado en sus servicios, señorita», soltó Erik para molestarla


«¿Servicios?», preguntó ella algo nerviosa. Tenía una sonrisa tiesa en la cara. «No, yo no… en fin, creo que me confunde usted… Me llamo Scarlett. Nos conocimos ayer… en el bosque…»


Erik se hizo el despreocupado…


«Ah, sí. La que me llamó ladrón y me amenazó con atacarme con el Extreme Violence. Ya ni me acordaba de tu existencia»

«¡Esa misma! Vi cuando entraste y que conoces a Pandulfo. Quería disculparme por mi comportamiento de ayer. Ahora entiendo que realmente querías ayudarme. Verás, Erik, es la primera vez que viajo sola y estaba muy nerviosa. ¿Podrías perdonarme?»


En ese momento nuestro detective, que tenía problemas de alcoholismo y de dinero, supo que la chica quería algo…


«Como te dije, ya ni me acordaba de ti. Disculpa aceptada. ¿Me dirás ahora qué es lo que quieres? Dudo mucho que hayas venido solo para eso, tu actitud, la mueca que tienes por sonrisa y ese tono de voz me dicen que quieres algo de mí…», alzó una ceja en esa última frase

Para su sorpresa la chica se echó a reír.


«¡Uy, qué perceptivo! Aunque yo siempre he sido muy transparente… Verás, necesito de tu inestimable ayuda una vez más… y sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero si pudieras escucharme…»


La muchacha procedió a contarle una historia de una abuela enferma que vivía en Villa Magnolia, iba para allá, pero el puente se había caído. No quería viajar sola, ¿y si la robaban de nuevo?


Erik escuchó con atención y se fijó en aquello que no decía. Cada vez que mencionaba a la abuela se le oscurecía la mirada… y no por tristeza. La dejó hablar… conocía a Pandulfo, bla bla bla, había sido amigo de su fallecido padre… bla bla bla… Le gustaba leer y podía contar historias durante el viaje, sabía coser y cocinar frijoles…


«…Y por eso soy una excelente compañera de viaje. ¿Qué dices, Erik? ¿Puedo ir contigo?», preguntó y sonrió de verdad por primera vez

«Lo siento, Carmen, pero viajo solo»


El melenudo se levantó y salió de la taberna. ¿La había llamado Carmen?


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2 Comments


Yrandsims
Yrandsims
Mar 08, 2023

.e quedé en el 10 pero me encanta ver a Pandulfo jajajjaja me encanta los nombres que les pones 🤣🤣 porfa pon estos en discord me encantaría saber cuándo subes . Es q leo tan fácil del blog ♥️♥️♥️♥️♥️

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simmersomar
simmersomar
Mar 08, 2023
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¡Hola, bella! Queremos mucho a nuestro Pandulfo, quien además tiene el mejor nombre de toda la historia. Los estoy programando poco a poco para irlos teniendo por aquí. Van saliendo como churros entre 3 y 4 al día jajaja. Tienes toda la razón, los dejaré en discord también. Muchas gracias por pasarte, corazón!

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